El sistema de control interno y su aplicación en la pequeñas y medianas empresas

Es común observar en la actualidad que pequeñas y medianas empresas, denominadas PYMES, no dispongan de un adecuado sistema de control interno.  Las causas de esta debilidad pueden ser muchas, pero las más comunes son: Infraestructura pequeñas e informales, recursos disponibles limitados, pocos empleados, prioridades operativas inmediatas.

Ante la ausencia de un sistema de control interno adecuado a las necesidades de los propietarios, o peor aún, sin sistema alguno, el riesgo de fraudes, robos, desfalcos y perdida de participación en un mercado competitivo tienen una alta probabilidad de ocurrencia.  Es obvio, que la existencia de esta empresa en el mercado ya tiene una duración muy corta y cierta.

El lenguaje utilizado por los profesionales contratados para evaluar, diagnosticar y realizar las recomendaciones necesarias para mejorar el entorno de control de la empresa, pude ser una limitante; por esta razón se trata entablar una comunicación transparente entre el auditor y el empresario, para que sea coprotagonista de su participación para la ejecución y seguimiento del sistema de control interno.  Es decir, el propietario se convierte en fiel cumplidor y responsable del sistema de control interno.

No es necesario un manual de policías y procedimientos del sistema de control interno extenso, que, en vez de despertar el interés de sus usuarios para hacerlos cumplir, lo que trae es un distanciamiento, y en el peor de los casos el total abandono.  Cada empresa diseñará e implementará su sistema de control interno de acuerdo a sus necesidades.

Con respecto al uso de la tecnología, cabe evaluar el factor costo/beneficio al momento de evaluar implementación de un programa de computación para ser usado en la operatividad de la empresa.  Pagando un paquete administrativo muy caro no siempre cubre las necesidades de la gerencia de la empresa, ni mucho menos pudiera detectará fallas de cumplimiento del mismo sistema de control interno.

El papel del auditor interno, en el contexto de sus obligaciones, empoderara al personal de la empresa para que sienta como propia el sistema de control interno, logrando así despertar interés para mejoras constantemente los procesos operativos, administrativos y financieros, producto de los hallazgos y recomendaciones detectadas e informadas oportunamente.

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